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miércoles, 19 de octubre de 2016

Se impide violentamente la conferencia de Felipe Gonzalez en la Autónoma.


En la Universidad Autónoma de Madrid hoy estaba prevista una conferencia de Felipe González y Juan Luis Cebrian, tuvo que ser suspendida ante manifestaciones bastantes violentas que que se convocaron precisamente para impedir su celebración. Enhorabuena a los enmascarados sujetos que consiguieron heroicamente acallar gente que a ellos no les gusta. No seré yo quien defienda a ninguno de los frustrados conferenciantes, tanto González como Cebrian desperdiciaron el prestigio que se habían ganado merecidamente anteponiendo sus obvios intereses personales a la justicia de las causas por ellos defendidas. Pero es que yo soy un antiguo, creo que hay que dejar hablar a la gente, escuchar sus argumentos y si no estoy de acuerdo discutirlos, no entiendo esta nueva moda de la desplataformización (creo que se llama algo parecido a eso) y que consiste en impedir que hable gente con ideas que pueden resultar incomodas. Especialmente incomprensible cuando se da en una universidad, lugar que yo siempre creí que sería propicio al debate, a retar las propias ideas y confrontarlas con las ajenas, pero parece ser que ahora lo que mola es no dejar hablar a cualquiera que pueda contradecirte, exigir unanimidad y vagancia intelectual como uno de los fundamentales derechos humanos ¿Lo gracioso del caso? Que es una de esas chorradas importadas de EE.UU y abrazadas por gente que se considera a si misma antiamericanos.

2 comentarios:

Pues yo no veo nada de gracioso en estas actitudes. Es el retorno del fascismo con otra cara y disimulado de progresismo. ¿Qué pasaría si un acto de Pablo Iglesias fuese rerventado por ultraderechistas? Los escraches son bonitos mientras se hagan a los otros. Si no respetamos la libertad de todos, porqué los demás van a respetar la nuestra?

. La gente que no quisiera oír a Felipe Gonzalez y a Cebrian lo tenia muy fácil simplemente no asistiendo a la conferencia, quienes quisieran hacerle alguna critica o cuestionar sus actos lo tenían igualmente fácil asistiendo a la conferencia y planteando sus opiniones en el espacio destinado para ello. Pero esa elemental civilización parece excesiva para alguna gente que es incapaz de escuchar algo que no coincida por completo con sus opiniones. Ademas si entramos en esa dinámica hay que aclarar una cuestion previa ¿Quien es el que tiene el sello de aprobación para decidir quien habla y quien no?