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viernes, 24 de marzo de 2017

El ridículo del boicot a Israel.


Ahora resulta que Gijón es una ciudad famosa ¿Será por los idílicos paseos por el Muelle? ¿Será por la belleza de nuestras playas?¿Será por la calidad de nuestra sidra, nuestros centollos o nuestros cachopos? No, somos famosos porque hace como un año lo más florido de nuestra izquierda regresiva decidió que había que ser más progres que nadie y boicotear a Israel. Porque nada más progre que apoyar a los islamistas y boicotear al único país democrático de la zona. Inexplicablemente otros grupos políticos del ayuntamiento se sumaron a la ocurrencia, imagino que creyendo que la cosa nunca pasaría de un brindis al sol. Pero hete aquí que la Selección Española de fútbol programa un partido en Gijón ni más ni menos que... (insértese redoble de tambores)... con la Selección de Israel. Para mear y no echar gota. Unos cuantos de nuestros munícipes intentaron bajarse del carro del absurdo boicot, creando de paso otro marabayu de dar vergüenza ajena. Y ahí estamos, en todos los medios de comunicación nacionales e internacionales., haciendo el ridículo urbi et orbi.
Ahora solo faltaba que esos arrojados revolucionarios que intentaron impedir la entrada de los espectadores a un ballet israelí en el Teatro Jovellanos vayan a montar un nuevo cirio a El Molinón, ya que la primera vez les salió gratis la broma. Entonces el ridículo ya sería completo.
La foto es de la Selección de Israel.

1 comentarios:

Defender el derecho a la existencia del Estado de Israel, incluso admirar muchos de sus logros en una situacion muy difícil, no supone apoyar a su Gobierno. Israel no es Netanyahu , EE:UU no es Trump y España no es Mariano. Es incomprensible que ciertos sectores de la izquierda no ataquen las decisiones del Gobierno de Israel, sino que niegan su propio derecho a existir y todo ello cuando Israel esta rodeado de países que no podrían ser mas impresentables y que curiosamente no concitan el mas mínimo odio por la izquierda regresiva. Solo puede explicarse por puro y duro antisemitismo.