En los años 80 un violador en serie actuó en Gijón atacando a mas de 80 mujeres, según su propia confesión. en el juicio "solo" fue condenado por 12 que estaban plenamente probadas, la sentencia fueron 139 años de cárcel. Ahora llega la gran sorpresa: de esos 139 años cumplió 11, aligerados con unos cuantos permisos y, por si fuera poco, sus antecedentes fueron borrados al pasar 10 años desde que salio de la cárcel. Ahora resulta que trabaja en EMULSA limpiando colegios, puesto del que fue apartado al ser reconocido por uno de los padres.
Esta historia plantea varias cuestiones sobre las que hay que reflexionar. La primera, obviamente, es el derecho que este hombre pueda tener a reinsertarse en la sociedad tras cumplir su condena, derecho que fue escrupulosamente respetado. Pero la segunda cuestion es que no cumplió su condena, cumplió una ridícula fracción de los 138 años a los que fue condenado y esto es algo sobre lo que vale la pena pensar muy en serio; lo lógico es que las condenas se cumplan integras que para eso están, aunque se abran ventanas en las que el condenado pueda demostrar su rehabilitación y ver aligeradas las condiciones de su encarcelamiento, pero lo que paso aquí es una tomadura de pelo. Otra cuestion sobre la que hay que reflexionar es que a menudo parece protegerse mas los derechos de los criminales que los de sus victimas, el "Violador de la FEVE" (como era conocido) no solo cumplió el 8% de su condena sino que vio desaparecer todo rastro de sus 80 violaciones y para rematar se lo mete en un colegio ¿No son todas esas medidas una completa falta de respeto hacia el sufrimiento de sus victimas y una irresponsable forma de poner en peligro a mas mujeres, incluso niñas y adolescentes en este caso? El "Violador de la FEVE debería haber pasado el resto de su vida en la cárcel, pero por ahí lo tenemos tan campante.
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