Publicaba El País una noticia que ya lleva un tiempo circulando por otros medios: en la Universidad de Pensilvania una nadadora trans se esta haciendo con todas las marcas ganando todo lo ganable. Por supuesto se alzan numerosas voces ensalzando este asunto como un gran logro de inclusión y no se que mas. La realidad es que una persona que es biológicamente un hombre participa en pruebas destinadas a mujeres y, para sorpresa de nadie, gana sin sudar la camiseta. Lia Thomas era un nadador de mediocre para abajo cuando era un hombre común y corriente, pero fue identificarse como mujer y transformarse mágicamente en una superatleta. No se yo, pero casi parece que la señorita Lia arrastra unas cuantas ventajas fisiológicas de su anterior vida. Las categorías de deporte femenino existen como tales para que las mujeres deportistas compitan entre ellas en igualdad de condiciones, ya que si hubiese una sola categoria quedarían relegadas a la mas completa irrelevancia deportiva. Por lo que a mi respecta Lia Thomas puede identificarse como le de la gana, vivir su vida como mejor le parezca...pero no perdamos de vista que la biología no se puede cambiar y su participación en pruebas femeninas no es otra cosa que robarle el puesto a una nadadora.
Este problema se solucionaría si las mujeres que compiten en estas pruebas se negaran a participar en condiciones tan desiguales y las abandonaran.
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