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lunes, 19 de marzo de 2018

Disturbios en Lavapiés.


Estos dias volvio a saltar a la palestra la cuestion de los inmigrantes ilegales africanos, al conocerse la noticia de que uno de ellos había muerto no se muy bien si de un accidente cardiovascular o un paro cardiaco. En los primeros momentos se dijo que había fallecido mientras que la policía municipal perseguía a unos manteros, actividad a la que se dedicaba el hombre que murió; aunque enseguida se conoció que habían sido dos cosas completamente separadas, incluso corroborada por testigos presenciales, no evito violentos altercados toda la noche en Lavapiés en los que se tildaba a la policía de asesinos. Por supuesto ahora sufrimos la esperada avalancha de kumbaya y buen rollito, pero un poco de sentido común no viene mal. La actividad de los manteros es ilegal, perjudica a los comerciantes que si pagan sus impuestos y cotizaciones teniendo que sufrir la competencia ilegal; es bien conocido que la mayoría de los productos que se venden en el top manta son proporcionados por mafias bien organizadas; a menudo esos productos son falsificaciones que perjudican muy seriamente a las marcas propietaria...a pesar de todo ello basta pasear por cualquier calle de cualquier ciudad para darse cuenta que es una actividad ampliamente tolerada. Los manteros suelen ser personas que están ilegalmente en el país y nadie con un ápice de sensatez abogaría por abrir las fronteras de par en par, eso seria suicida no solo para nuestra precaria economía sino que también una entrada masiva de inmigrantes supondría un golpe para nuestra forma de vida, ya que en su cultura de origen no se valoran demasiado principios que aquí damos por sentado. Al hilo de esto es inevitable preguntarse porque todos esos jóvenes africanos, dedican tanto esfuerzo para intentar llegar a Europa no hacen para mejorar sus desastrosos países de origen y hay que hablar también de los disturbios de Lavapiés, desde luego no fue una protesta pacifica ni justificada, quienes participaron sabían que la muerte que los origino era natural, pero prefirieron no creerlo y siguieron muchas horas en las que hubo incendios, destrozos, rompieron lunas de negocios, enfrentamientos violentos con la policía y demás desmanes, no creo que a los vecinos de Lavapiés le hicieran mucha gracia. Evidentemente da lo mismo cual sea el estatuto legal de estos inmigrantes africanos deberán ser tratados con la humanidad y la dignidad necesarias, pero no perdamos de vista la realidad.

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