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martes, 24 de septiembre de 2013

Rato


Estos días ha surgido una noticia que es sintomática como ninguna de la dolorosa situacion que atraviesa nuestro país: Rodrigo Rato ha sido nombrado consejero del Banco Santander. Puede que parezca no tener más trascendencia de la meramente anecdótica, pero es mucho más que eso.

Durante muchos años Rodrigo Rato fue alabado por la derecha española como una eminencia en materia económica, pero la realidad es que ha ido encadenando fracaso tras fracaso, el último tan brutal como la quiebra de Bankia que nos ha costado de momento a todos los españoles 24.000 millones y ha arruinado a tantas y tantas personas inocentes. En cualquier país civilizado lo menos que se esperaría de un tipo como Rato es que desapareciese discretamente y a nadie le extrañaría que fuese a parar a la cárcel ¿Cómo se le castiga en España? Nombrándolo consejero de Telefónica y, por si fuera poco, consejero del Banco Santander.

Ambas entidades están entre las empresas españolas más potentes y con un nombre más reconocible allende nuestras fronteras, pura Marca España. Bonito papelón harán entre quienes conozcan la trayectoria de su flamante consejero y bonito papelón hará nuestro país dejando bien claro que aquí nada tiene consecuencias, nadie es responsable de nada. Triste es admitirlo, pero a la ruina económica de España se suma la aun mas grave ruina ética y moral.