Muchos socialistas nos esperábamos el desastre electoral que el PSOE sufrió el domingo y no es que fuésemos especialmente pitonisos, es que no se puede esperar otro resultado cuando las cosas se hacen mal y se da la espalda con tanta crudeza a los votantes, que en su mayoría somos gente que vive de un trabajo en el mejor de los casos. El resultado es el más lógico, aunque creo que la derrota se amortiguó por el miedo que provoca la ultraconservadora derecha española, lo que hizo que muchos de los votos perdidos por el PSOE no los ganase el PP sino que fuesen a la abstención o se repartiesen entre otros partidos minoritarios.
Espero, con poca esperanza, que la política del gobierno de Zapatero se aleje de las posiciones que tanto perjudican a los trabajadores como la reforma laboral (que obviamente no ha servido para crear empleo ni mantener el que existe), la subida del IVA, la congelación de las pensiones o el recorte del sueldo a los funcionarios. Mientras se otorgan cuantiosas ayudas económicas a los bancos, se eliminan los impuestos al patrimonio que afectan más a los que más tienen, se mantienen los chiringuitos financieros con su carga fiscal del 1% y se deja perennemente en el limbo la reforma fiscal que debería reequilibrar las aportaciones en función de los ingresos. Todo ello después de reconocer que esta profunda crisis económica fue causada por estructuras económicas mundiales, es decir por el capitalismo.
Una situación lamentable para los que nos sentimos socialistas ya que las decisiones que está tomando Zapatero en el terreno económico y laboral dejan mucho que desear. Así que me temo que de seguir con esta política más propia de la derecha, el batacazo en las próximas elecciones va a ser impresionante. Y también entra dentro de lo previsible que el Gobierno tenga que afrontar la proliferación de movimientos sociales como el de la Puerta del Sol que seguramente se extenderán por todo el país según cobre mayor fuerza la indignación de cada vez más ciudadanos. Y vaya desde aquí mi apoyo y admiración a todos los que participan en el movimiento del 15-M por haber sabido hacer oír su voz alta y clara, al tiempo que dan toda una lección de civismo.
Por cierto, sigo esperando de los barones del PSOE una reflexión autocrítica por el desastre electoral en unas elecciones autonómicas y municipales, aunque sea una reflexión muy pequeñita. Nunca es bueno echar la culpa al maestro armero y a la crisis económica (que no a las erróneas políticas para combatirla), es un recurso que solo demuestra un escaso nivel político e intelectual así como una gran cobardía que impide dar la cara ante los ciudadanos y los militantes de su partido.
Hay que cambiar muchas cosas en la política del PSOE. Tenemos que acercarnos más a los ciudadanos pero con sinceridad, sin frases hechas, escuchando. No vivir solo para los periodos electorales, es necesario crear estructuras de participación que funcionen permanentemente, receptivas a lo que tengan que decir militantes, ciudadanos y entidades sociales. Sobre todo es imprescindible abrir un debate a fondo mirando hacia el futuro y no solo esperando a salvar los muebles en las elecciones generales… que mal arreglo tienen. De momento hay que poner en marcha el proceso de las primarias para elegir al candidato socialista y aprovechar ese proceso para iniciar el necesario debate, buscando una amplia participación de todos los militantes sin “reservarla” a los notables del aparato, sin alegar que es mejor no hacer olas y crear posibles conflictos ¿Conflictos como los que crean las elecciones, por ejemplo. Vamos a decir que es mejor dejar que los poderosos se pongan de acuerdo y evitar el trauma que siempre suponen las elecciones? Por supuesto que no, a ninguno de los que defienden las supuestas virtudes de la carencia de debate se le ocurriría trasladarlo a la sociedad ¿Por qué sí al partido? ¿Miedo a la pérdida de poder? El futuro tiene que pasar por democratizar el partido, no se puede pretender escuchar a los votantes cuando ni siquiera hay cauces para que hablen los militantes. La verdad es que resulta inconcebible que en una sociedad democrática precisamente los partidos políticos adolezcan por completo de democracia interna.
También es enormemente necesaria una apuesta seria para erradicar la corrupción, sin esconderse detrás del argumento de que es más grave en otros partidos. Y, desde luego, sin caer en la tentación de usar medios no legítimos para financiar el partido.
En resumidas cuentas, creo que hay que abrir un debate a fondo en el partido pensando en el futuro y no en las urnas. O cambiamos y recuperamos lo que es importante en un partido socialista o el PSOE irá languideciendo hasta desaparecer, sin posibilidad de arreglo.