Hoy, en el mítico circuito de Spa, Fernando Alonso estuvo a punto de conseguir un podium. Sin duda llegaremos a verlo antes de que termine el campeonato. Esto me recordó un artículo que publiqué en La Nueva España hace unos meses, unos días antes de Montmeló
Sin duda Fernando Alonso es uno de los españoles más conocidos mundialmente, gracias a su enorme talento al volante de unos coches impresionantes: la Fórmula 1. Este campeonato es uno de los grandes espectáculos del mundo, el cual siguen millones de espectadores in situ y a través de las televisiones (llegando a desplazar muchos domingos al fútbol), en el que se mueven cantidades ingentes de dinero en organización y, sobre todo, en investigación con resultados que revierten en una industria tan importante como la automovilística. Un espectáculo que en los grandes premios, como veremos este fin de semana en Montmeló (Barcelona), es un encuentro de más de 125.000 espectadores, entre los que se encuentra lo más granado del "papel couché" en las zonas VIP: grandes fortunas con sus retoños, deportistas de élite, actores famosos... y todos los políticos que pueden. Mucho glamour y mucho poder, influencia mediática y económica, también es parte de la Fórmula 1.
En este mundo reina un asturiano llamado Fernando Alonso, de Oviedo de toda la vida y que presume de asturianía. Pese a quien pese sigue reinando porque es el mejor piloto del circo y doble campeón del mundo, a punto de ser triple campeón el año pasado a pesar de las mezquindades de McLaren y este año, de transición deportiva y mecánica, compitiendo con mucha dignidad que lo llevará al podium en más de una ocasión.
Un auténtico genio deportivo que a pesar de ello (¿o por ello?) cae mal entre ciertas personas ¿Cómo quién? Por ejemplo entre algunos políticos que lo ven como un peligroso competidor por la atención mediática... pero darían lo que fuese por salir en una foto con él. O ciertos medios de comunicación que por una exclusiva invaden su privacidad, a pesar de saber muy bien que el propio Alonso nunca ha ventilado su vida por publicidad. La poca disposición que el piloto asturiano siempre ha demostrado para colaborar en estos asuntos, le vale no pocas antipatías entre importantes círculos locales, regionales o, incluso, nacionales. En contrapartida ha recibido, en innumerables ocasiones el cariño y la admiración de la gente.
¿Es reprochable o es, al contrario, admirable que no entre en el juego de las exclusivas o la exhibición de su vida privada? ¿No es comprensible que en su situación ya no tenga que recurrir a cualquier cosa por dinero o publicidad?... ¿Vamos a juzgarlo porque no le gusten la sidra o la fabada?
Seamos un poco serios. Fernando Alonso es lo que es, que es mucho. Es, por ejemplo, un merecidísimo Premio Príncipe de Asturias de los Deportes y el impulsor de un proyecto tan importante para Asturias como el "Complejo Automovilístico Fernando Alonso" en La Morgal. Un proyecto promovido y muy peleado por José Luis Alonso, su padre y figura clave en toda su carrera; ambos están tirando con fuerza para que está instalación siga adelante y se haga realidad, una realidad enormemente importante para el automovilismo y un claro atractivo turístico. Esperemos que el parón que está experimentando el proyecto desde agosto de 2007 se supere en breve, al igual que la Ciudad del Motor de Tineo que está, también, paralizada
Mucha suerte en Montmeló, Fernando