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lunes, 18 de julio de 2016

Semana Negra muy mejorable.



La Semana Negra ya es una de esas citas casi obligatorias del verano gijonés, por supuesto nos dimos unas vueltas, compramos un par de libros y nos zampamos el pulpo de Mario. Claro que como en el caso de la Feria de Muestras cada vez se oye más a menudo: "está igual que todos los años", otra tradición gijonesa. La Semana Negra continúa aparentemente igual año tras año porque cuenta con una gran afluencia de público, pero eso no puede enmascarar el hecho de que necesita un buen meneo.
Para empezar habría que mejorar mucho las instalaciones físicas, en su ubicación actual no reúne los requisitos necesarios para acoger a tantos miles de personas y tantos establecimientos de comida. Pero creo que lo fundamental es replantearse unos cuantos aspectos de su desarrollo. En mi opinión debería centrarse en el aspecto cultural, que es el que le da su personalidad, diversificar y estimular las actividades que se realizan, potenciando seguramente la calidad frente a la cantidad. Es posible que no sea necesaria la continua sucesión de presentaciones de libros, no parece muy lógico celebrar simultáneamente un acto con una de tus estrellas del año y en la carpa de al lado hacer la presentación de un autor menos conocido, es obvio que la segunda carpa estará absolutamente vacía y solo habrá servido para hinchar los resultados anuales alegando 300 gacillones de actividades culturales. Más diversidad, más calidad y menos cantidad.
Si tuviese pito que tocar otra medida que tomaría inmediatamente es deshacerme del ferial, fuente de ruidos, pero sobre todo de malos rollos sociales y de seguridad, siempre es en esa zona y relacionado con su actividad donde se dan los incidentes que ya son habituales año tras año. Tampoco parece que aporte mucho al proyecto de la Semana Negra ya que el componente de diversión en la cultura podría conseguirse de forma más efectiva por otros medios menos molestos y menos problemáticos.
Otro aspecto que merecería darle unas cuantas vueltas es el de los bares de copas y comidas, los "restaurantes" deberían estar sometidos a los mismos controles de sanidad que cualquier otro establecimiento, da mucha cosa ver cantidades de comida expuestas junto a las "calles" almacenando polvo hora tras hora. Polvo en el mejor de los casos. Los bares de copas son otros de los puntos que originan problemas y conflictos, es cierto que algunos de ellos intentan hacer algo más que vender copas en vasos de plástico y se toman la molestia de organizar conciertos, que resultan ser inaudibles por el estruendo de sus vecinos: un poco de coordinación propiciada desde la organización y un control del ruido seria muy útil. Además a partir de cierta hora toda esa zona tiene una pinta muy poco recomendable, desde luego no es donde apetece tomarse una copa después de cenar, al menos si se quiere salir entero.
Y eso nos lleva a otra cuestion que hay que replantearse ¿Por qué tiene que estar la Semana Negra abierta hasta las 4:30 de la mañana o unas teóricas 2:30 entre semana? Desde luego no parece que ese horario aporte nada a quienes van a darse un paseo y comprarse un gofre, a quienes van a ver librerías y a participar en alguna actividad cultural ni harán ninguna gracia a los sufridores vecinos.