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domingo, 14 de agosto de 2016

Como espectador se vive muy bien

Los amigos de El Comercio fueron tan amables de publicar hoy la entrevista que Marife Antuña me hizo hace unos días:

El tipo que trajo a los Rolling a Gijón dijo adiós a la vida pública hace nueve años. Tras ser concejal de Festejos y director general de Deportes del Principado, Daniel Gutiérrez Granda (La Felguera, 1958) volvió a su puesto de administrativo en Arcelor. Ahora es un espectador más, aunque no un espectador cualquiera.
¿Cómo se vive lejos del foco público?
Muy bien. Es una gozada salir de trabajar, llegar a casa y planificar la vida como quieras, que llegue un viernes y tener todo el fin de semana para ti. Es la felicidad.
¿Y por qué esa imagen pública de que los políticos viven muy bien? 
No sé. La gestión política en la administración es muy exigente. Si lo quieres hacer bien, eres honrado y trabajas con seriedad, es duro. Además, en la actividad en que estaba yo metido, festejos, cultura, deporte, tenía que trabajar los fines de semana y andar por ahí todo el día.
Vaya, que ahora vive mejor.
Aquella fue una época muy guapa, muy importante en lo personal y en lo político, y ahora es otra cosa. Son momentos de felicidad diferentes.
¿Y no le pica el niki?
No. En su momento dejé el tema porque creía que no se estaban haciendo las cosas bien y marché.
No me diga que cuando va a un concierto no le apetece meterse al backstage.
No. Voy de vez en cuando a ver conciertos, los últimos los de Tejedor e Ilegales, y como espectador se vive muy bien. Disfruto mucho. Antes era mucha tensión, estar pendiente de que saliese bien. Esa tensión al terminar era felicidad, pero es que ahora es felicidad antes, durante y después.
Encantado le veo.
Antes era feliz y ahora soy feliz.
Díganos la receta de la felicidad.
Hacer lo que te gusta. A mí mi trabajo en Arcelor tampoco es que me apasione, soy administrativo, pero tengo tiempo para hacer mi vida, para dar una vuelta, ir a conciertos, ver deporte, ir al fútbol, leer... Un montón de posibilidades que antes por el nivel de trabajo y compromiso no tenía. Y Gijón es una ciudad en la que hay mil cosas, una ciudad muy guapa para disfrutar.
¿Usted es más de festejos o deporte? 
Las dos cosas. Me gusta todo
Pues muy deportista no parece.
Deportista no soy, pero me gusta el deporte, y la gente que hace deporte.
¿Y qué tiene de artista? ¿Canta algo?
Canto muy mal. Solo canté en el descenso del Sella antes de la salida el 'Asturias patria querida' y porque entre tanta gente se perdía la mala voz.
Elija: ¿Concierto de los Stones o final de la Copa del Rey con el Sporting en la batalla?
Complicado. Ya estuve en una final de la Copa del Rey con el Sporting que perdimos y ya estuve en un concierto de los Rolling Stones. Aquello no lo olvidaré en la vida, fue histórico, no solo es el concierto, sino también por toda la experiencia de la gestión. Me quedo con el concierto, es único; finales puede haber más. Y me cuesta decir esto, porque soy apasionado del Sporting.
No tan apasionado de los toros.
Aunque gestioné la plaza, a mí no me gustan los toros, es una actividad muy violenta y pienso que debería desaparecer.
¿Cómo se ve la política desde la barrera?
Yo intento poner mi granito de arena y mis opiniones en el partido. Participo como militante de base.
Con usted comenzaron los grandes conciertos en Gijón. ¿Es imposible volver a aquellos tiempos?
Son momentos diferentes, pero yo creo que los grandes conciertos son una cuestión de autoestima para la gente de Gijón. Si se gestionan bien, son buenos a nivel económico. Merece la pena apostar por ellos.
Supongo que en aquellos años lo pasó muy bien. Y muy mal.
Sí. La política es muy exigente, tiene que serlo, y hay momentos malos. Hablando de los Rolling, me acuerdo de un momento terrible con el jefe de seguridad de la banda, cuando nos decía que no podían entrar 47.000 personas en El Molinón. Fue muy complicado, pero al final se arregló, él había calculado mal. Por fortuna hubo más momentos buenos que malos.
¿Su momentazo?
En el plano deportivo cuando el Sporting asciende; en festejos, el primer concierto grande, el de Tina Turner.
¿Su espinita clavada?
Ninguna. Por pedir, me hubiera gustado que viniese Madonna.
Dejó la política, pero se hizo el usuario 'number one' de las redes sociales.
Es un gran invento. Democratizó las opiniones. Para mí fue un descubrimiento y me sirve para seguir en contacto con la gente que conocí en la etapa política. Me gusta estar ahí.
Noche de fuegos. ¿Qué me dice?
Me encantan. Es una de mis pasiones, el sonido, la luz, los colores, la pólvora... Cuando los organizaba, siempre estaba metido allí dentro. Es la noche más especial en el año.
¿Qué hace?, ¿cómo lo vive?
Yo los veo en Poniente. Venimos un grupo de gente, traemos algo para beber...
¿No me diga que monta un botellón?
No ye botellón, pero cerca (Risas). Tomamos algo, traemos unos cacharrinos, algo para pinchar... Un lujo. Y más ahora que lo vivo tranquilo, que con la pólvora hasta que no termina no te relajas.
¿A quién le ponemos un volador en el culo y le mandamos para el espacio exterior?
Amablemente a Rajoy. Que suba y que baje, para darle un sustu, para que se ponga a trabajar de verdad y que haya Gobierno.
¿Y a Pedro Sánchez?
No, yo creo que está haciéndolo muy bien. Cada día mejor.
¿Qué le ha parecido la programación de la Semana Grande?
Estoy pasándolo bien, pero es mejorable. Yo me apunto a casi todo. Suelo pasar el verano aquí, este es el mejor sitio de España para estar.
La última, pídale algo al concejal de Festejos.
Ye vecín nuestru en Moreda. Me gustaría que trajera a Arcade Fire o a Kasabian.

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