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viernes, 21 de octubre de 2016

Cubiella retira el cartel.


El propietario de Cubiella decidió retirar el famoso cartel que tanto molestaba a algunas personas. Una decisión más que comprensible, imagino que para él el famoso cartel no era más que una foto bonita, muestra de las capacidades técnicas de su empresa y que seguramente ya no veía después de tantos años. La decisión de Cubiella es una de las pocas, sino la única, cosa razonable y explicable en todo este asunto. Muestras de estupidez no han faltado, desde luego: empezando por quien considera tremendamente ofensivo el cuerpo de una modelo de constitución envidiablemente atlética, vestida con bañador o ropa deportiva pero que, oh horror, dejaba ver partes de de su culo que los denunciantes consideraban excesivas. Víctimas de tan grave agresión a sus delicadas sensibilidades los (o las o lo que sea) denunciantes pidieron amparo al Instituto Asturiano de la Mujer, que se presto raudo a hacer suya esa causa, supongo que viendo una oportunidad de oro para justificar su existencia. Según este organismo público del Gobierno del Principado de Asturias la imagen de esta mujer era una grave afrenta sexista, no se yo muy bien por qué, si porque el porcentaje de nalga visible era superior al admitido por los cánones de ese instituto o el sexismo estaba en la ofensiva pretensión de que los y las modelos sean gente más guapa que nosotros el común de los fondones mortales... o por qué extraño razonamiento. El caso es que demasiado a menudo posiciones autodefinidas como feministas dan un tufo a puritanismo victoriano de la peor especie, es curioso que desde el Instituto Asturiano de la Mujer se intente imponer como la única admisible una imagen de la mujer recatada y modesta, que resultaría tan querida a nuestras abuelas (y sobre todo abuelos) en las profundidades del nacional-catolicismo. Seguro que si la modelo fuera un bulto informe oculto bajo un burka les habría parecido estupendo.

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