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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Victoria de Trump.


Donald Trump gana las elecciones a la Presidencia de EE.UU. Por un estrecho margen pero gano en voto popular, en votos electorales, gano en los estados clave y en pocos momentos a lo largo de la noche hubo lugar para la esperanza de que ganase Clinton. EE.UU pierde la oportunidad de tener su primera Presidenta y todos perdemos la oportunidad de que el país mas poderoso de nuestra zona geopolitica sea gobernado por una persona capaz y experimentada. Da miedo pensar lo que puede pasar con unos EE.UU gobernado por un zafio populista, racista y machista hasta extremos caricaturescos...pero eso es lo que han decidido la mayoría de sus ciudadanos. Y aqui podemos cometer un grave error, el error de no analizar lo que ha pasado y liquidarlo con unos cuantos insultos a los votantes de Trump. Pero lo cierto es que hay muchos millones de personas cabreadas con el sistema político, personas que viven en sus propias carnes o ven muy cerca situaciones muy difíciles, las victimas de las crisis y de la globalizacion, personas que se han quedado sin futuro y se sienten abandonadas por sus gobernantes, sin ver una esperanza de que su situacion vaya a mejorar. Personas así no solo existen en EE.UU, sino en todos los países de nuestra área y hay que escucharlas, hay que darles esperanzas y soluciones. Pero soluciones practicas y realistas. Si no aparecerán Trumps como setas.
Ya se conocen las cifras prácticamente definitivas de las elecciones americanas: Trump se hizo con 290 de los 538 votos electorales y obtuvo 59.251.810, un 47,5%, de votos directos: Clinton solo llego a los 232 votos electorales, aunque recavo la mayoría de votos directos con 59.445.467, un 47,7%. La victoria en votos directos y la escasa diferencia en los resultados es un magro consuelo para los demócratas, el hecho es que a día de hoy EE.UU es un país partido a la mitad.
Ahora queda analizar los datos con calma, esperemos que los demócratas puedan analizar las cusas de su desconexion con una buena parte de los electorales, asumiendo sus errores y recuperando posiciones políticas que resulten atractivas para esa gran masa de votantes golpeados por la crisis que en esta ocasión no encontraron respuestas en el partido de Clinton. Este análisis es urgente para los demócratas americanos, pero debería abordarse también en los partidos progresistas europeos, ya que esa misma masa de descontento y el mismo populismo dispuesto a pescar en ese caladero existen en nuestro continente.

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