Alan Turing recibe el perdón real por el grave delito que cometió hace 60 años: ser homosexual.
El matemático inglés, a quien tanto debemos todos los que usamos esto de los ordenadores e Internet, fue condenado en 1952 a prisión aunque su condena se conmutó por un brutal tratamiento de castración química. Hoy por hoy resulta inconcebible que se persiga a alguien por el mero hecho de ser homosexual, inconcebible incluso entonces porque Turing era un héroe nacional que había sido fundamental para que los ingleses descifrasen las comunicaciones cifradas alemanas durante la II Guerra Mundial. No es de extrañar que se haya suicidado.
La verdad es que esto del perdón real suena bastante ofensivo, lo procedente seria una flagelación pública de las autoridades británicas y el reconocimiento de la barbaridad que cometieron, debería explicarse a todos los niños en los colegios quién fue Alan Turing, cuales fueros sus logros y como la intolerancia acabo con su vida.
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