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sábado, 27 de mayo de 2017

Reunión de cónyuges de la OTAN.


La Cumbre de la OTAN seguramente fue muy importante y se tocaron temas de gran trascendencia, pero de lo que viene hablando todo el mundo es de la foto de los cónyuges. Está el asunto del vestido de Brigitte Trogneux , que a unos les encanta y a otros les parece excesivamente juvenil; está el asunto de la esplendorosa sonrisa de Melania Trump, parece ser que por primera vez desde que es Primera Dama de EE.UU, según las lenguas viperinas por la ausencia de su marido en ese encuentro; está el genial asunto de que por primera vez aparezca en una foto así el marido de un Primer Ministro, en este caso el de Luxemburgo. En fin un sinnúmero de comentarios, cotilleos y celebraciones de un momento de normalización de lo que es normal. Curiosamente de lo que nadie habla es de la indumentaria islámica de la esposa del Presidente de Turquía, haciendo gala de cual es el papel de la mujer en su sociedad; un ser impuro que hay que ocultar para no provocar malos pensamientos en los hombres y solo puede mostrar un atisbo de su piel o de su pelo ante sus propietarios. Curioso que nadie se haya dado cuenta de lo fuera de lugar y del inquietante significado de su vestimenta. Desde luego Turquía está retrocediendo a la velocidad del rayo

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