Si los partidarios de la oficialidad del asturiano quieren triunfar en su causa lo primero que deben hacer es impedir que el presidente de la Academia de la cosa siga diciendo sandeces. Primero fue algo asi como que el asturiano tenia que ser oficial porque como nadie lo hablaba desaparecería, asi que habría que obligar a los asturianos hablar en bable quisieran o no. Ahora es lo de que sin el asturiano Asturias solo seria mas que paisaje, toma reduccionismo y estrechez de miras. Por supuesto no podría faltar la afirmación de que quienes no somos partidarios de la oficialidad somos todos de extrema derecha. No es que yo me queje porque este buen señor por lo menos es divertido, pero que sepan que pierden partidarios cada vez que abre la boca
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