Cumpliendo con la solicitud del imán de Castellón dos colegios públicos de esta provincia impartirán clases de doctrina islámica. Es decir que se aleccionara a los niños en la intolerancia hacia otras religiones, en la inferioridad de las mujeres, en lo inaceptable de la homosexualidad que merecería el peor castigo y en la maldad de la sociedad y la cultura del país donde viven. Glorioso. Situaciones así se evitarían sin ningún problema si las autoridades educativas asumiesen un principio muy simple: la escuela publica no es lugar para impartir doctrinas religiosas, eso es algo que pertenece al ámbito familiar o a lugares de culto. Lo malo es qué cuando se conceden privilegios a una confesión cabe esperar que el resto aparezcan pidiendo lo mismo, si la religión católica no tuviese ese espacio privilegiado en la escuela publica el islam no tendría pie para exigir esos mismos privilegios. Lo curioso va a ser ver como quienes mas critiquen esta medida posiblemente sean los mismos que no admitirán que se sacasen a los catequistas católicos de la escuela publica...mientras quienes alaben la medida sean quienes critiquen los privilegios católicos. Ninguna religión debería contar con este púlpito de lujo para adoctrinar a los niños.
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