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viernes, 13 de julio de 2018

Prohibido reírse.




Pedro de Silva publica cada día un pequeño articulo en la primera de La Nueva España, temática y tono varían ampliamente día a día pero su calidad e interés son consistentes. El articulo de ayer era una parodia de una pareja intentando cumplir con las nuevas directrices que se anuncian en materia de consentimiento explícito para mantener relaciones sexuales que en el caso de la pareja protagonista son muy claramente consentidas y deseadas. Creo que expresaba muy bien esa situación llevada al ridículo y, he de confesar, que me reí leyéndolo
Pero parece ser que a no todo el mundo le hizo gracia, algunas (autodominadas) feministas lo interpretaron como una burla hacia las victimas de violación, que ya es interpretar. Porque vamos a ver ¿Quién no se ha imaginado una declaración ante notario antes de saltar al catre? Nada que ver con violaciones, abusos ni otros crímenes, simplemente imaginar lo ridículo que podía resultar una situación cotidiana si se siguiesen al pié de la letra algunas de las cosas que hemos oído estos días. Pero para alguna gente bromas las justas, mas bien ninguna broma: son gente que adoran vivir en el drama, se alimentan del drama y viven en un perpetuo agravio. Y si no lo encuentran lo buscan, faltaría mas. Cada uno tiene sus hobbies, pero hay algunos que son un incordio para el prójimo como pasarse el día tocando el trombón o intentar acallar a quienes no se sometan a su ortodoxia. Resulta muy cansado.

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