
Me sigue gustando la primavera a pesar de las alteraciones de cuerpo y mente a que nos somete porque suele apuntar el renacer de un cierto optimismo. En Asturias es una estación muy luminosa y si abril, mayo o junio vienen buenos podemos disfrutar de una luz y unos colores excepcionales.Empieza a brotar la vida por todas partes en el parque junto al que vivo y ya apetece inaugurar la vida “terracil”… cosa que hicimos.A ver si nos dura un poco el buen tiempo y levantamos algo el ánimo, que tanto pesimismo colectivo está pesando demasiado y no vendrá mal verlo todo de color de primavera, con optimismo a pesar de los pesar...