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sábado, 7 de julio de 2012

Bankia y otros desastres

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Conocí un político que siempre decía que el auténtico éxito en esa carrera pasaba por ser presidente de una Comunidad Autónoma, tener una televisión y controlar una Caja de Ahorros. A tenor de los abundantes escándalos financieros parece que ésta es una visión muy extendida.

Un juez acaba de admitir la querella contra los gestores de Bankia, que han hundido la entidad, evaporado los ahorros de muchas personas y dejado un agujero de 23.000 millones que tendremos que pagar todos los españoles. Entre esos brillantes gestores estaban Acebes, Olivas y Rodrigo Rato ¿Recordáis a Rato, el gran mago de las finanzas del PP? Curioso como ahora TVE, cuando pone las imágenes de Rajoy celebrando su victoria en el balcón de Génova, corta diligentemente el abrazo entre Rato y Rajoy. Seguro que es pura casualidad ¿Y recordáis a Acebes? Ni más ni menos que aquel Ministro del Interior con Aznar que se empeñó en mentir una y otra vez cuando el atentado del 11-M. Y qué decir de Olivas, implicado en las tramas de corrupción de Valencia. A estas tres joyas hay que añadir otro nutrido grupo de representantes del PP, algún que otro sindicalero y militantes de partidos de la oposición, que seguramente no tienen ni idea de economía pero a quienes habían puesto ahí para tenerlos contentos con las suculentas dietas.

Desastres similares al de Bankia ya se dieron en otras cajas españolas, como el de Castilla-La Mancha, cuya caja estaba dirigida por un ilustre socialista o la Caja de Ahorros de Córdoba, auténtica cueva de Ali-Babá de los obispos. Si sumamos a estos casos los grandes desastres de las cajas de Valencia y Galicia vemos que el denominador común estaba en el férreo control que ejercían los poderes políticos de cada autonomía. Al frente de esas entidades se colocaba a personas de confianza, a menudo completamente legos en materias financieras pero siempre dotados de poco rigor y seriedad, por ello los créditos fallidos eran tan habituales como sus sueldos y jubilaciones de escándalo, casi un atraco a sus propias cajas. Además estaba la Obra Social, la joya de la corona de las Cajas, que en algunos casos se utilizaba para financiar fastos desorbitados de la autonomía o el Ayuntamiento de turno.

Llega la crisis con el derrumbe de la burbuja inmobiliaria y este sistemático desgobierno se agrava aun más hasta que todo revienta y se destapa la pésima gestión y, a veces, la corrupción que padecían muchas Cajas. Las cantidades astronómicos de los sueldos y prejubilaciones, además de otras muchas prebendas, cabrean sobremanera a unos ciudadanos que cada día ven empeorar sus condiciones de vida. No ayuda precisamente que esos mismos nefastos gestores sean los que pidan al Gobiernos las reformas que ocasionan nuestro empobrecimiento, los mismos que han hundido las entidades financieras que dirigían y que han provocado una situación en la que se hace necesario un rescate que aun nos va a traer más penalidades.

Espero que la admisión a trámite de la querella contra los exdirectivos de Bankia vaya en serio y que no se quede en agua de borrajas, que la Justicia se ponga a trabajar de verdad para empezar a sancionar el desastre imperante en tantas Cajas de Ahorros y Bancos. Sería de agradecer también que los políticos dejasen de indultar banqueros y que la cancelación de créditos a los partidos políticos deje de ser una práctica tan habitual como poco ética.

El caos actual es una situación que se veía venir desde hace mucho tiempo, pero las personas que tenían el poder para cambiar esos modelos de gestión eran quienes más se aprovechaban de sus beneficios y, obviamente, no estaban dispuestos a prescindir de privilegios y prebendas. ¿Qué hacía mientras tanto el Banco de España? Mirar para otro lado.

Hasta las narices de tanto mal gestor, aprovechado y chorizo

1 comentarios:

El clamor en la calle es tan grande que por mucho poder que tengan parte de los implicados esto seguro que no se queda así, estamos hablando de muchísimo dinero