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martes, 4 de diciembre de 2012

Felipe González


Estos días se cumplen 30 años de la llegada al Gobierno de Felipe González, una época determinante en la historia moderna de España. Una época, para que negarlo, con sus claroscuros... lo cierto es que con más claros que oscuros, pero no todo fue perfecto.

Es una época que para los socialistas españoles tiene un algo de mítico, algo de época dorada de cuento de hadas en la que todo era maravilloso y en la que se refugia mucha gente para sobrellevar los duros tiempos que corren. Quizá sea imprescindible para la buena salud política de nuestro partido ser un poco más realistas a la hora de enfrentarnos a nuestra propia historia, pero mucho más necesario es dejarnos de nostalgias y pensar más en el futuro, un futuro que no parece demasiado halagüeño para nuestro partido.

Hay que abrir los ojos a la realidad en la que vivimos, dar las respuestas que la sociedad actual necesita, no tener miedo a abrir las ventanas y airear unas habitaciones que están quedándose bastante mohosas. Hay que democratizar con urgencia la vida del partido, luchar con energía y sinceridad contra la corrupción, abrir las Casas del Pueblo para apoyar a personas con problemas. Que las políticas que defienda el Partido Socialista estén orientadas a defender a los más indefensos frente a los más poderosos, políticas para los ciudadanos y no para los bancos. Hay que elegir candidatos a cargos públicos o institucionales en función de su valía y no por que pertenezcan a determinados grupos de poder dentro del partido...

Está bien celebrar momentos históricos que fueron importantes para los socialistas y el resto de los españoles, pero no podemos quedarnos en eso a no ser que queramos convertirnos "en historia".

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