Llega la primavera y con las margaritas en el césped y las alergias aparecen las despidas de soltero/a. O al menos se incrementan muy notablemente. Grupos de jóvenes habitualmente disfrazados recorren establecimientos hosteleros de Gijón dando muestras de excitación y, ya avanzada la noche, de haber consumido una buena dosis de brebajes diversos. Todas estas despedidas dejaran dinero a los establecimientos que frecuentan, en algún hotel y en los servicios de coches que contraten, eso lo entiendo, pero también es cierto que dan una imagen lamentable de Gijón. Imagino que cualquier turista normal que venga a pasar un par de días a nuestra ciudad buscando tranquilidad, buena gastronomía y paseos junto al mar, se quedara horrorizado con los barullos en las sidrerias y los borrachos disfrazados por las calles. O pueda que me haya afectado el cumpleaños y ya sea un viejo carroza.
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