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sábado, 15 de abril de 2017

Figurantes en las procesiones.


Con cada Semana Santa vemos que a nuestro país aun le queda camino por andar, situaciones sobre las que reflexionar y unos cuantos debates que hay que tener con racionalidad. Es cierto en Semana Santa muchas tradiciones profundamente arraigadas tienen un claro componente religioso, aunque también hay que reconocer que en muchos sitios se inventan "tradiciones" para sumarse a la marea y quizá pescar algún turista. Pero también tenemos que ser capaces de preguntarnos hasta que punto es legitimo que durante estos días las calles de muchas ciudades se vean monopolizadas para actos religiosos. Y aun mas debemos ser capaces de cuestionarnos si es admisible que funcionarios públicos, en el ejercicio de su profesión, se usen como comparsas en las procesiones; porque una cosa son los policías que protejan la seguridad de los eventos o los servicios de limpieza que tengan que hacer un esfuerzo extra, otra cosa muy diferente son los militares desfilando en las procesiones. Cada uno que ejerzan sus practicas religiosas en su propio tiempo, pero como tales funcionarios públicos no deberían ser usados de una manera tan burda. Y desde luego lo que ya no tiene nombre, es izar la bandera a media asta en las instalaciones militares durante la Semana Santa, una arcaica costumbre que se había eliminado y se restauro con el marianismo. No vaya a pensar nadie que son gobernantes de un país europeo civilizado.

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