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jueves, 30 de mayo de 2019

Chechu Rubiera




Ayer en el Giro de Italia se disputo una de las grandes etapas de montaña del ciclismo internacional: el Mortirolo, una subida épica por su dureza y por su particular climatología que no suele ayudar, el frió, la lluvia e incluso la nieve son los acompañantes habituales, lo que sumado a sus pronunciados desniveles la ponen solo al alcance de los mejores ciclistas.
Y es imposible olvidar aquella victoria del gijones Chechu Rubiera en 1997 en la etapa reina del Giro, imagenes que por siempre estarán grabadas en la memoria de los aficionados al ciclismo.

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