No entiendo que el acto central del Día de Asturias sea una misa católica en Covadonga, donde nuestras autoridades civiles escuchan tan tranquilas al Arzobispo despotricar contra el aborto, el feminismo y la eutanasia, haciendo su acostumbrado discurso de extrema derecha. Ya va siendo hora de que la sociedad civil y las instituciones que la representan dejen de plegarse a exigencias de religiones empeñadas en vivir en el oscurantismo.Si cualquiera de esos representantes políticos asturianos es católico tiene todo el derecho del mundo a ir a cuantas misas le apetezcan, como ciudadano particular y no en función de su cargo. Separación de Iglesia y Estado y esas cosas. Si además lo que dicen en esas misas contradice tan brutalmente las políticas que afirman defender, ya es para hacérselo mirar
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