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martes, 6 de febrero de 2018

Arturo Valls y la Gala de los Goya.


La prueba definitiva que la Gala de los Goyas fue un peñazo esta en la polémica que se monto con las declaraciones de Arturo Valls en la alfombra roja. Desde luego es el tema del día, lo único de lo que se habla tras la gran fiesta del cine español curiosamente. En la gala todo el mundo iba con sus abanicos rojos reclamando más participación de mujeres en la industria del cine cosa que me parece estupendamente pero que este año no era más que la versión española de un éxito americano. Arturo Valls dijo: "Creo que me gustaría que se hablara más de cine, que habláramos de cine y, en cualquier caso, de los problemas que tiene el cine. No me parece el escaparate para tratar otros temas. Me gustaría hablar de las películas, de los actores, del trabajo de los actores, quizá de lo que cuesta producir una película hoy en día en España… pero no marear con otros temas, porque al final se desvirtúan un poco los mensajes y los discursos. Creo que hay otros sitios para reivindicar ese tipo de cosas”, algo que parece perfectamente razonable dado que el cine español no anda precisamente corto de problemas que afecta directamente a su supervivencia. Bien, pues las declaraciones de Valls se consideraron una prueba de machismo irredento, el peor de los peores ataques contra los derechos de las mujeres que cabe imaginar. Parece que a Valls nadie le contó que en los tiempos que corren no hay peor pecado que saltarse el guión, no decir lo que hay que decir y con las exactas palabras que debe ser dicho. Habrá que enviarlo urgentemente a un campo de reeducación.
 Se puede coincidir o no con las declaraciones de Arturo Valls, se puede creer o no que los Goyas deben centrarse en los problemas de actualidad o centrarse en el cine...pero desde luego Arturo Valls no se merece desde lejos la violenta campaña de insultos que le cayó encima por no sumarse a la causa del momento.

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