Este domingo me encontré que en El País, La Nueva España y Salvados se repetía una curiosa temática: críticas en tono casi apocalíptico de las redes sociales. No es un tema raro en los medios de comunicación convencionales, pero me llamó la atención la coincidencia, me preguntaba si sería el día internacional del ludita o algo así, pero parece que es pura casualidad. Parece que en Internet y en las redes sociales residen la raíz de todo mal, cualquier problema que aqueje a la humanidad tendrá allí sus raíces. A pesar de la tentación de tomárselo a broma lo cierto es que no deja de ser una curiosa obsesión, quizá relacionada con el hecho de que Internet es el gran competidor de los medios de comunicación clásicos, pero no creo que sea de ayuda tanto alarmismo. Los que ya tenemos unos años recordamos como el fin de la civilización estaría ocasionado por los comic, la televisión, las películas violentas, los videojuegos... ahora es el momento de las redes sociales, pero seguramente sobreviviremos también a su terrible amenaza. Uno de los argumentos que vi repetidos ayer es que Internet contribuye a la divulgación de noticias falsas, lo que es cierto, pero no es menos cierto que también contribuye a divulgar las auténticas así como a dar proyección a cuestiones que puedan interesar al común de los mortales pero no tanto a los medios clásicos. Unos medios tradicionales que no son precisamente inocentes de intentar manipular la opinión ni la información, así que un poco menos de hipocresía sería de agradecer. Las redes sociales tienen defectos y crean problemas, tambien muchos aspectos que serían mejorables, pero no se puede negar de buena fe que contribuyen a una sociedad más abierta y donde más voces puedan ser oídas.
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