Año Nuevo

Hace hoy un año mi vida cambió radicalmente. Reflexionando sobre lo que supuso esta nueva etapa y las circunstancias que la provocaron, escribí un artículo para "La Nueva España"

Hoy se cumple el año desde mi reincorporación a la vida civil después de dejar la política institucional, aunque sigo en la política de base, sigo en el PSOE como toda la vida y muy a gusto. Parece el momento adecuado para valorar las circunstancias que se dieron un año atrás y los cambios que ocasionaron.

El cambio fundamental es, obviamente, mi reingreso en la que es mi empresa desde los 15 años: Arcelor Mittal. A Arcelor regreso con la misma categoría que tenía al dejar la empresa para dedicarme, en exclusiva, a la actividad política: Oficial Electrónico y desde aquí quiero agradecer a mis compañeros su comprensión, fundamental para mi adaptación al puesto de trabajo. Y como no, mi agradecimiento a todas las personas que durante este año se han preocupado por mí, me han apoyado tanto de manera más formal como espontáneamente.

Gracias, porque después de tantos años en la actividad pública, volver a la vida civil supone una adaptación social y económica algo complicada, aunque en mi caso esa adaptación haya sido más que satisfactoria. Por eso animo a los políticos que tengan pavor a dar ese salto, que no pasa nada, que tienes un sueño apacible y relajado, que no merece la pena caer en actitudes que los ciudadanos no entienden y que suponen un desprestigio para la cosa pública.

También noté el cambio en salud. Excepto por un breve paso por Jove que fue culpa de un inoportuno "bichito", me siento más vivo, más optimista... más alegre. Recuperé el placer de disfrutar con calma de la lectura, de ir al cine, pasear, de la relación con amigos y familia, seguir los deportes como espectador (aunque no como practicante, me temo), incluso me estoy animando a organizar los recuerdos de mis etapas en el Ayuntamiento de Gijón y el Principado de Asturias... e hice lo que era impensable para mí hasta hace unos meses: crear un blog (http://daniel-reflexiones.blogspot.com/) desde donde compartir mis pequeñas reflexiones con la gente. Y hacer el vago, que es muy sano.

Aspectos muy positivos en este cambio radical de vida, pero también los hay, como no, negativos. Lo primero y más duro físicamente: madrugar. 6:30, suena el despertador y es una tortura. Pero, sobre todo, desconectar de la buena gente del deporte y de los ayuntamientos, junto a quienes pelee mucho para sacar tantas cosas adelante. Además, no poder llegar a inaugurar proyectos que inicié y consolidé, como el Centro Automovilístico Fernando Alonso o la Ciudad del Motor de Tineo. O peor aun: no haber podido ni iniciar tantas cosas que se quedaron en el tintero. Pero eso se acabó, aunque valió la pena y mucho

Como también valió la pena rechazar la propuesta de Vicente Álvarez Areces para que ocupase el cargo de Coordinador General del Teatro de la Universidad Laboral. No me arrepiento en absoluto porque era un cargo completamente carente de contenido, cuya única finalidad era ofrecerme una "jubilación dorada" para que callase y no diese la lata. Lo mismo que se hace con muchos otros. Pero yo nunca estuve en política para ocupar cargos vacíos, estuve para sacar proyectos adelante.

Cuando se me planteó esta oferta me sorprendió enormemente. Había tenido dos largas conversaciones con el Presidente del Principado en las que hablamos largo y tendido sobre cual podía ser mi papel en la nueva legislatura. Y no se parecía en nada a aquello, pero empecé a pensar y valoré que el Teatro de la Universidad Laboral podría ser un elemento dinamizador de las artes escénicas en Asturias, mediante producciones propias y coproducciones con otros teatros del Principado. Sobre todo mediante una programación de calidad, abierta y plural. En definitiva, podía ser un nuevo proyecto al que dedicar mucha ilusión y mucho trabajo. Pero no pudo ser porque, a la hora de la verdad, yo no tendría competencias reales de ningún tipo, no
podría decidir nada, ni planificar nada, ni programar nada. Al día de hoy todavía no sé cual sería mi trabajo real

Siendo malo todo esto, lo peor fue la decepción personal. El darme cuenta de que una persona con quien llevaba trabajando 20 años, con quien había compartido muchos momentos buenos y malos, junto a quien había luchado mucho... un hombre al que consideraba un buen amigo, Vicente Álvarez Areces, me estaba vendiendo no sé a quién ni por cuanto. Sin hablar conmigo ni darme una explicación a pesar de mi insistencia durante meses. Explicación que muy bien podía haber sido "No considero oportuno seguir contando contigo por...". Por lo que sea, no le discuto en lo más mínimo ese derecho, pero sí lo adecuado de optar por darme una nómina inmerecida en lugar de la merecida explicación.

Por si fuera poco empezaron a difundirse rumores de todo tipo, incluyendo bulos sobre mi estado de salud física y mental, por ello no me quedó más alternativa que explicar yo mismo públicamente, de forma muy suavizada, lo que había pasado y por qué no iba a aceptar ese nombramiento. Otra decisión muy dura y muy difícil de la que tampoco me arrepiento.

Esa es la cicatriz que me queda, la personal. Políticamente me ayudó a ver las cosas con más distanciamiento, desde otra perspectiva, a entender ciertas actitudes... y a reafirmarme en mi convencimiento de que en política hay cosas fundamentales que tienen que estar por encima de los intereses mezquinos de algunos.

En fin, el tiempo da y quita razones. Para mí ha sido un buen año a pesar de tener un comienzo difícil y espero que el siguiente sea aun mejor. Con la conciencia tranquila y la libertad para poder pensar y opinar

Las geniales viñetas fueron publicadas en "La Nueva España"

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