
El Gobierno nos acaba de enviar un recado bastante desagradable con la forma de subida de impuestos. Subida, además, del IVA y el IRPF, es decir una subida especialmente dura para los que vivimos de una nómina, los que más estamos sufriendo la crisis viendo peligrar nuestro trabajo o empeorando las condiciones de los afortunados que lo conservamos.
Naturalmente las rentas más altas salen bastante bien paradas, como es habitual. Se siguen manteniendo los chiringuitos financieros, que cotizan un magro 1% por el simple hecho de agradecerles que no se marchen con la pasta a las Islas Caimán (o cualquiera que sea el paraíso fiscal de moda). Tampoco...