El Hípico en Gijón

En Gijón siempre se dijo que con el Hípico termina el verano. Bueno, el Hípico terminó hace un par de días pero esperemos que el buen tiempo nos acompañe alguna semana más.

El Concurso Hípico es una de las peculiaridades del verano gijonés, desde su comienzo en los negros años 40 de la mano de los militares que participaban en el Concurso con caballos del cuartel. Con los años -y la afición local a las apuestas- se fue consolidando como una actividad veraniega imprescindible y llegó a llevar el calificativo de "Internacional" gracias a la presencia de Malta da Costa y un militar portugués.

Recuerdo muy bien cuando aparecía por allí, con mis invitaciones de "Unipan" y mis 25 ₧ dispuesto a disfrutar de grandes tarde de hípica. Me lo pasaba como los indios pero al llegar al Ayuntamiento me tocó hacerme cargo de su organización y la cosa, la verdad, cambió mucho. Sobre todo en aquella época, en la que todo el ambiente que rodeaba al concurso era muy conservador... por decirlo de una forma extremadamente light. A título de ejemplo recuerdo el caso de un periodista que osó decir algo molesto para un castrense participante, este aguerrido deportista andaba por allí diciendo que cuando "ese chico" llegase a hacer la mili se iba a enterar. Los habitantes de aquel peculiar ecosistema que era el Hípico de 1980 me miraban, a mis tiernos 21 añitos, como a un rojo peligroso cuya única misión en la vida era destruir las esencias del Concurso Hípico. Bien al contrario, creía que podía crecer mucho más, tener mucho más nivel deportivo y, por tanto, atraer a mucho más público. Por suerte acerté y se pudieron organizar Campeonatos de Europa y Mundiales, pudimos ver en Las Mestas a los mejores jinetes del momento. Y se pasó de costar mucho dinero al Ayuntamiento de Gijón a tener unos beneficios, que servían para financiar otras actividades deportivas. Vamos, que el rojo aquel resultó no ser tan peligroso.

Además de lo meramente deportivo y las apuestas, no podemos obviar la importancia del Hípico en la vida social de nuestra ciudad. Por Las Mestas pasaron la Infanta Pilar, Alfredo Kraus o Juan Antonio Samaranch, quien exigió que se le recibiese en el aeropuerto con honores de Presidente de Gobierno, Y, desde luego, no podemos olvidar aquellos años en los que la Infanta Elena participó en la competición. La Infanta Elena, que tan bien se lo pasaba en la noche gijonesa y a quien tantísimo aburría entregar premios.

En fin, que un año más acaba el Hípico que tanta publicidad ha dado siempre a Gijón, tanto en los medios especializados en Hípica como en los "rosa"

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