Visitas

lunes, 7 de marzo de 2011

…que 30 años (de Antroxu) no es nada

Photobucket

El 3 de marzo se cumplieron 30 años de la recuperación del Antroxu en Gijón y viene al pelo aquello de “Cómo pasa el tiempo” y lo de “Parece que fue ayer”. Realmente parece que fue ayer cuando era Concejal de Festejos y, con la ayuda de un equipo reducido, me puse a organizar el primer Antroxu tras la dictadura y lo hicimos con muchas ganas, como todo lo que se hacía por aquella época en la que los que llegábamos a la política lo hacíamos llenos de ilusión y voluntad de sacar adelante proyectos nuevos y recuperar el tiempo perdido durante el franquismo.

Con ese espíritu se planteó recuperar el Antroxu que no se celebraba en nuestra ciudad desde antes de la Guerra Civil. Para que negarlo, lo hicimos con cierto miedo de cómo podría resultar, un miedo azuzado por ciertos medios de comunicación que ponían el grito en el cielo diciendo que era una locura, que solo serviría para enfrentamientos y venganzas personales amparándose en los disfraces, augurando que las calles de llenarían de violencia y desenfreno. Parece mentira y hoy nos suena absolutamente ridículo, pero hace 30 años había finos analistas que decían estas cosas. A pesar de todo tiramos para adelante, a pesar también de que pocos días antes había tenido lugar el golpe militar del 23-F.

Por supuesto no se cumplieron los negros pronósticos de los agoreros. La Plaza Mayor y las calles que la rodean se convirtieron en una marea humana, una multitud de personas con muchas ganas de pasarlo bien y felices de poder recuperar una tradición perdida en la noche del oscurantismo. La entusiasta respuesta de la gente nos desbordó a todos, pero procuramos ir salvando las dificultades con mucho voluntarismo y los pocos medios que teníamos a mano.

Esos pocos medios dieron para poder disfrutar de las actuaciones de la mítica “Banda del Tren” o la Tuna de la Universidad y para montar actividades infantiles con la participación de grupos de teatro. Hasta hubo un apartado gastronómico con, cómo no, frixuelos y picatostes que desparecieron en un par de horas.

Pero aquel pequeño Antroxu del 81 fue sobretodo una explosión de fiesta y buen rollo. Fue recuperar una fiesta prohibida durante los 40 años de tristeza. Toda aquella época era un momento de recuperaciones y recuperar el Antroxu fue recuperar el tiempo perdido de fiesta y alegría.

En años sucesivos se fueron ampliando los días de celebración y los espacios urbanos dedicados a la fiesta, mejorando y aumentando las actividades. Incluso se instituyó el Martes de Antroxu como día festivo, mientras fueron apareciendo inventos como el concurso de charangas, las coplas a cargo de Jerónimo Granda o el desfile, también el Entierro de la Sardina y la lectura de su testamento… que causó preocupación a más de un alcalde. Se continuó con la idea del primer año de reproducir en los carteles obras de pintores gijoneses con temática carnavalera y así tuvimos carteles anunciadores con pinturas de Evaristo Valle, Piñole, Magdalena y Orosia. Los pregoneros fueron otro despliegue de nombres de postín, con la participación de Fernando Poblet, Gurruchaga, Balbín, Massiel, De la Morena, Sabina, Juan Cueto o José María García quien, por cierto, fue “exiliado” a dar su pregón a La Calzada porque no le gustaba a alguna estrella mediática local del momento.

Así, poco a poco y año a año, se fue consolidando el Antroxu, la fiesta, el buen humor y lo que tiene de cambio radical de las apariencias y las actitudes… lo que según algunos teóricos no deja de ser una forma de mostrar nuestro auténtico ser. Concepto muy adecuado para una fiesta que nació en época de cambios y que hoy en día, ya completamente consolidada, sigue conservando intacto su encanto de momento muy especial para los gijoneses.

Larga vida al Antroxu de Gijón

3 comentarios:

Daniel,la programacion que tu confecionaste durante el tiempo que fuiste concejal de festejos se sigue manteniendo 12 años despues, deberian pagarte royaltys.

Que bien consolidado está Dani, recuerdo a el gran Wyoming saliendo de una caja delante de la autoridad portuaria para dar el pregón en la plaza mayor.

Creo que fue uno de los primeros que me tocó cubrir informativamente.

De todas formas es una gozada ver hoy viudas tomando algo en las cafeterías, después del entierro de la sardina, o cruzarse con los personajes mas variopintos por toda la ciudad.

Buena memoria Armando, por fortuna ahora el Antroxu es una actividad festiva mas.