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viernes, 1 de julio de 2011

Un interesante análisis de Cohn-Bendit sobre la situación de Grecia


La burbuja financiera mundial explotó. Los grandes inversores del mundo se dieron cuenta de que gran parte del dinero que circulaba era más virtual que real, no estaba respaldado por nada real sino por créditos imposibles de cobrar. Llegaron momentos difíciles, los inversores y los bancos intentaron recuperar el dinero que tenían en esos productos “virtuales” y se encontraron con que era imposible ¿La solución? Presionar a los gobiernos, a través de la deuda pública, para los que los sacasen del atolladero donde ellos mismos se habían metido. Se conceden multimillonarias ayudas a los bancos, se cede a todas las exigencias de los “mercados”, lo que eso provoca es el recorte de los servicios públicos, cargar todo el peso de la crisis sobre los trabajadores y que el dinero deje de circular por el miedo de la gente. Los productos financieros, que más parecían un timo, provocan la quiebra de las reglas del juego económico capitalista.

La verdad es que Europa lo está pasando muy mal, con Irlanda, Portugal y sobre todo Grecia en la punta del iceberg.

En 2010 Daniel Cohn-Bendit tuvo una intervención muy acertada ante el Parlamento Europeo, del que es diputado por el Partido Verde. Puso los puntos sobre las ies en los problemas de fondo que aquejan a Grecia y sus valoraciones siguen siendo tremendamente actuales. Cohn-Bendit es filósofo y conocido por su activa participación en Mayo del 68, uno de los políticos más lúcidos que tenemos en Europa

2 comentarios:

¿Cuántos le aplaudieron? Ahí está el problema... Si todos están metidos en el mismo "betún". Hemos pasado a vivir en un mundo vacío de valores, de moralidad y de palabra.
Para algunos comentarios de tu enlace en Facebook, siempre me gusta poner ejemplos prácticos. En los años 30 hubo una crisis muy parecida a ésta, pero pienso que había políticos de mayor talla e independencia, como Roosevelt, que simplemente dejó que los responsables de la crisis se suicidaran y se tiraran por la ventana si esa era su elección, mientras él centró todos los recursos y los esfuerzos en generar economía real y no ficticia, ayudando a las empresas, creando actividad y con ello empleo y consumo en las familias. Teoría keynesiana pura y dura.
Hoy solo oigo hablar de cierres y de mayor desempleo, propio y ajeno, de grandes operaciones inmateriales y de “grandes cuentas”, de cómo algunos dictan, dirigen, califican y recalifican y se forran a costa de deudas ajenas y se quedan con ello propiedades públicas, mientras seguimos en el mismo cuello de botella, personas, familias y empresas... Simplemente, caminos diferentes. Sin consumo no hay actividad, sin actividad no hay empleo ni crecimiento real (del que se mide en empleos y empresas, y no en volumen de operaciones “electrónicas” y especulativas), y vuelta a empezar...
Y algunos dirán que bueno, peor fue aquella época que se terminó además con una guerra mundial... Déjate, cuando hoy en día lo que se está jugando encima de la mesa es el nuevo orden económico y mundial de Occidente frente las naciones emergentes, esas a las que todo les enseñamos sin partir de una reglas de juego comunes. Siempre diré que la globalización es buena y necesaria, pero depende de cómo y quiénes la lleven, y de lo socialmente sostenible que sea... Dicho ésto, a ver cuánto dura o, mejor dicho, cuánto hacen durar esta nueva botella de oxígeno a Grecia y a Europa, sin olvidar lo que pasa también en Estados Unidos.
Cuando el sentido común brilla por su ausencia, ya uno no descarta cualquier tipo de “degeneración”. Vivir día a día, sin más...

Pero lo curioso ye que los partidos políticos que defienden eses polítiques liberales, son los que están ganando les elecciones, más que por sus méritos, por la falta de alternatives de los partidos llamados de izquierdes.