
Cuando sólo quedan algunas horas para que termine 2010 es el momento de desear un Feliz y Próspero Año 2011.
Un deseo que este año suena mucho menos a fórmula y mucho más cercano a la realidad cotidiana en la que estamos inmersos. Tras un duro y difícil 2010 sólo cabe esperar que el Año Nuevo nos traiga algo más de seguridad, de justicia, de alegría y de felicidad. Sólo cabe esperar que las cosas se vayan reanimando y que mejore el empleo, que no se sigan perdiendo más y más derechos, que se deje de apilar el coste de la crisis sobre los hombros de los mismos.
La verdad es que me ha quedado una felicitación de Año Nuevo un poco tristona, pero...